Desde el componente Ambiental, se han desarrollado numerosas investigaciones orientadas a la evaluación de la calidad fisicoquímica y ecológica de las fuentes hídricas de importancia ambiental y socioeconómica, y a generar una línea base sobre la carga contaminante en fuentes hídricas de importancia socio ambiental, como herramienta base para la toma de decisiones que garanticen su manejo integrado y la planificación. Como resultado de ello, el IIAP ha desarrollado investigaciones ambientales para evaluar la calidad fisicoquímica y ecológica de más de 50 fuentes hídricas estratégicas en el Chocó Biogeográfico, incluyendo páramos (Duende, Tatamá), complejos cenagosos (La Grande de Beté, Guineo), ríos impactados por minería (Raspadura, Quito), fuentes abastecedoras de agua (Nuquí, Bahía Solano) y sistemas presionados por actividades domésticas (río Cabí, quebrada La Yesca). Mediante análisis integrales (fisicoquímicos, biológicos y socioeconómicos), se ha generado un balance del estado del agua desde dos enfoques: oferta del recurso y calidad, identificando cargas contaminantes y dinámicas antrópicas. En 2024, superó su meta con 7 investigaciones adicionales en fuentes como Chanflana, Chanflanita (Buenaventura), río Jolí (Cauca), quebrada Giginia (Chocó), caño Waffe (vertimientos urbanos), y sistemas afectados por migración en la ruta del Darién (caño Jaime en Necoclí, ríos Mira y Pianulpi en Nariño, Muerto, Acandí y Arquití en Chocó), con el fin de establecer acuerdos de conservación comunitarios, reducir impactos y garantizar la provisión de servicios ecosistémicos, alineándose con el ordenamiento territorial alrededor del agua y las metas del PND 2022-2026.
El análisis de los resultados de la caracterización ecológica y medición de variables fisicoquimicas del complejo cenagoso La Larga en Tagachí, mostró condiciones hídricas favorables para la vida acuática, aunque con bajos niveles de oxígeno disuelto (0,6–1,1 mg/L) asociados al periodo de sequía que limitó el flujo del río Atrato. Se registró una alta biodiversidad
El análisis en 6 puntos de muestreo (alta, media y baja de la cuenca) reveló un estado del agua que varía de aceptable a crítico, con turbiedad elevada (82,72 FAU), coliformes fecales (hasta 6000 UFC) y sólidos (70 mg/L) concentrados en la zona baja, donde el oxígeno disuelto alcanzó solo 0,4 mg/L, asociado a vertimientos de aguas servidas, materia orgánica y erosión. La comunidad de macroinvertebrados (162 organismos, 23 familias) reflejó contaminación moderada a crítica mediante el índice BMWP/Col (44 en zona media, 24 en zona baja). En flora se registraron 71 especies (27 familias), mientras que la fauna incluyó 52 especies: 28 de aves, 14 de reptiles, 7 de anfibios y 3 de mamíferos, evidenciando afectaciones por contaminación orgánica y alteración del hábitat, especialmente en la desembocadura, donde confluyen residuos domésticos y alteraciones antrópicas
Se evaluó el estado fisicoquímico y ecológico de la cuenca del río Saija en 5 puntos de muestreos distribuidos en las quebradas Tangare, La Sierpe y el río Saija. Los resultados permitieron inferir que existe un impacto sobre la parte baja de la quebrada Tangare, evidenciado principalmente en bajos niveles de oxígeno disuelto (1.20 mg/l), lo que puede afectar su calidad ambiental en este tramo y la sostenibilidad de los ecosistemas asociados. Para el caso del río Saija, los resultados permitieron determinar que, en los puntos muestreados, se presenta una calidad aceptable que se ve favorecida por su gran caudal y su dinámica hídrica y una buena disponibilidad de oxigeno (4,0 mg/l) y bajas concentraciones de sólidos disueltos (10,60 mg/l). La composición de macroinvertebrados acuáticos estuvo representada por un total de 24 individuos distribuidos en 6 órdenes, 8 familias y 12 géneros, siendo la quebrada la Sierpe la más diversa con (16 individuos) y Tangare con solo (8). Así mismo, la fauna de anfibios registra un total de 11 especies pertenecientes a 9 géneros y 7 familias. Los reptiles asociados a la fuente abastecedora de agua en las cuencas del río Saija, registraron 11 especies; la comunidad de aves reportó la presencia de 22 especies agrupadas en 11 familias y los mamíferos para el bosque circundante a la fuente abastecedora de agua de la comunidad la Sierpe, registraron un total de 7 especies, pertenecientes a 6 familias y 5 órdenes.
La caracterización fisicoquímica y ecológica reveló afectaciones críticas en el río Timbiquí y quebradas como Chinchano y Agua Dulce, asociadas a actividades extractivas (minería). Se registraron niveles bajos de oxígeno disuelto (2,3–3,1 mg/L) y turbiedad elevada (62–88 FAU), junto a una drástica reducción de macroinvertebrados acuáticos: solo 1 individuo (género Phyllogomphoides) en Chinchano y 18 individuos (4 órdenes, 6 familias) en Agua Dulce, con un índice BMWP/Col de 42 (calidad dudosa y moderadamente contaminada). La fauna íctica evidenció cero especies en Chinchano y 4 especies en Agua Dulce, reflejando perturbaciones por minería. La vegetación ribereña mostró composiciones variables: 55 especies (21 familias) en Agua Dulce y 31 especies (19 familias) en Chinchano, con presencia de especies como Mora oleifera y Euterpe oleracea, aunque con alteraciones por sedimentación y contaminación. Estos resultados subrayan impactos severos por minería, incluyendo vertimientos de mercurio (reportados en estudios previos del Timbiquí)1[^3^] y pérdida de biodiversidad, exigiendo medidas urgentes de restauración y monitoreo comunitario para mitigar daños en estos ecosistemas estratégicos del Pacífico colombiano
El estudio evidenció un buen estado ecológico en las partes alta y media de la cuenca, con oxígeno disuelto adecuado (4,4–7,0 mg/L) y baja turbiedad, pese a contaminantes domésticos y turísticos, lo que favorece una cadena trófica compleja y funciones ecológicas como conexión de hábitats. En la zona baja, las actividades mineras generaron alteraciones críticas, reflejadas en parámetros fisicoquímicos degradados. La comunidad de macroinvertebrados (73 individuos, 8 órdenes, 21 familias) mostró predominio de Odonata (6 familias, 7 géneros) y Coleoptera (6 familias, 6 géneros), indicando aguas moderadamente contaminadas según su composición[^1^][^5^]. La flora registró 154 especies (53 familias), mientras que la fauna incluyó 24 especies ícticas (15 familias), 8 anfibios (2 familias) y 26 aves (18 familias), destacando Ardeidae y Alcedinidae como las más diversas. Estos resultados subrayan la resiliencia ecológica en zonas no mineras, que sostienen actividades como la pesca, y la urgente necesidad de regular la minería en la parte baja para preservar la integridad del ecosistema
El análisis de calidad fisicoquímica y ecológica, se efectuó en la zona de intersección con cada afluente y en intervalos hasta el interior del ecosistema marino costero durante flujo y reflujo. se encontraron valores de sólidos totales que alcanzan los 37421mg/l, coliformes fecales hasta de 6400NMP y grasas y aceites solo hasta 31.3 mg/l, que muestra aceptables condiciones en la calidad fisicoquímica del agua y por ende en la composición biológica de macroinvertebrados y algas. Sin embargo, cabe mencionar que la relación DBO/DQO y DQO/DBO obtenida mostró una elevada presencia de contaminantes de naturaleza no biodegradable, lo que sugiere de manera concluyente la necesidad de implementar un adecuado sistema de manejo de residuos sólidos que evite que este tipo de materiales ingresen al sistema. Además de la presencia de algas de los grupos Bacillariophytas y Dinophytas que pueden indicar eutroficación incipiente en el medio acuático.
Los resultados de la evaluación de las aguas costeras de Turbo bajo la influencia de los aportes contaminantes del caño Waffe, dan cuenta de un alto grado de contaminación originado por las grandes descargas de residuos domésticos, portuarios e industriales, producto de las actividades realizadas en el área de influencia del caño Waffe, entre otras fuentes hídricas urbanas, que posteriormente vierten sus aguas a la Bahía. Lo que se evidenció con las concentraciones de parámetros como coliformes fecales (entre 130000 y 5*10˄8NMP), grasas y aceites (entre 47 y 180.9mg/l), nutrientes (>154.48mg/l NO3, >2.75mg/l NO2) y sólidos totales (>32.376mg/l), cuyos comportamiento mostró un estado de eutrofización y un alcance considerable en su dispersión hacia la bahía, lo que afecta las condiciones físicas del agua y su funcionamiento como ecosistema y hábitat para diversidad de grupos biológicos de importancia ecológica y económica, teniendo en cuenta que los niveles de oxígeno son relativamente bajos (entre 2.4 y 5.2mg/l) en dicha zona, lo que concordó con los resultados biológicos que arrojó la presencia nula de macroinvertebrados hacia el área de intersección y una presencia en cantidades elevadas de Euglenophytas, en todas las estaciones muestreadas a lo largo de la bahía, que son indicadoras de eutrofización del sistema, pues las abundancia de este grupo, son entendidas como una respuesta a considerables cantidades de materia orgánica, derivadas de las actividades urbanas, asociadas a descargas de aguas servidas, residuos sólidos y otros desechos domésticos.
Se evaluó la calidad de las aguas costeras de Buenaventura a través del análisis de variables fisicoquímicas y biológicas, para lo cual se seleccionaron seis puntos de muestreos en los que se realizaron muestreos superficiales y a 1 metro de profundidad para un total de seis puntos de muestreos. Las mediciones se realizan en marea baja y alta, para dar respuesta al comportamiento de las variables en la dinámica de flujo. Se encontró que las condiciones actuales no resultan totalmente restrictivas para el desarrollo de la vida acuática, pues se mantienen concentraciones de pH y oxígeno disuelto dentro de los límites permisibles de la legislación colombiana y acordes con este tipo de ecosistema; sin embargo los análisis permitieron inferir que la bahía como sistema hídrico y como ecosistema se encuentra vulnerable en su sostenibilidad, si se tiene en cuenta las altas concentraciones de nutrientes (>118.4 mg/l NO3), sólidos totales (>29863mg/l) y coliformes fecales (18 x 105 NMP) que ingresan por el río Dagua y otras fuentes continentales, como resultado de la disposición de residuos sólidos, aguas residuales domésticas, industriales, agrícolas y actividades mineras que se desarrollan sobre sus cauces, a lo que se suman los aportes de las actividades portuaria.
Los resultados permitieron evidenciar el estado deterioro del río evidenciado en la modificación del cauce, la deforestación de sus riberas y la alteración de la calidad del agua en 17 estaciones comprendidas entre la zona media y alta del río Quito y 7 afluentes del mismo que incluyeron Paimadó, Queguedó, San Pablo, Cértegui, Chigorodó, Curundó y Cari Pato; principalmente en variables como sólidos suspendidos que alcanzaron hasta 770 mg/l en el río Quito y oscilaron entre 38 y 753 mg/l, sobre los 7 afluentes; así como niveles de turbiedad de 123 y 1100 FAU para el río y 38 y 877 FAU para los afluentes. La comunidad de macroinvertebrados acuáticos muestra un estado de degradación elevado, lo que se corrobora con la poca presencia de taxones identificados ya que solo se registraron dos órdenes, 3 familias y 4 géneros, para un total de 5 individuos; de los cuales 4 pertenecían al orden Hemíptera. La fauna de vertebrados asociada a la zona media y baja de la cuenca del río Quito estuvo conformada por 14 especies distribuidas 11 familias, de las cuales Heptapteridae, Sternopygidae y Characidae con 2 especies cada una fueron las mejor representadas. Por su parte los análisis de mercurio aplicados a 10 de las 14 especies icticas capturadas, evidencian que el 100% de estas contienen mercurio total. Pseudopimelodus schultzi (0,76 μg/g), Pimelodella chagresii (0.62 μg/g), superan los 0.5 μg/g permitidos para el consumo humano según la organización mundial para la salud. Para el caso de los anfibios, estuvieron representados por 11 individuos del orden anuro (ranas y sapos) y tres especies (Rhinella marina, Craugator sp, y Dendrosophus phlebodes). Los resultados de la fauna reptiliana también muestran una estrecha relación con el disturbio que presenta el ecosistema muestreado, sólo se logró anotar un total de 9 especies, distribuidas en 7 familias. Finalmente, la avifauna asociada a la fuentes hídricas, registró 24 especies de aves, distribuidas en 17 familias.
Se determinó que la calidad del agua y las condiciones naturales de los recursos como fauna y flora, se encuentran alteradas debido al desarrollo intensivo de la actividad minera mecanizada (retroexvadoras), la cual se encuentra presente en las riberas de este río y en algunos de sus afluentes, como la quebrada Rapadurita, lo que ha dificultado que otras actividades de alta importancia socio-económicas y cultural de la zona entre ellas: la recreación, el uso doméstico, la pesca, entre otros, se realicen sin que esto represente un riesgo especialmente para la población asentada a lo largo de esta sudcueca, como es el caso de la pesca, y actividades domésticas, actividades que en la actualidad no se realizan, debido a que con los vertimientos mineros se ha alterado la calidad fisicoquímica y ecológica del agua, al punto que actualmente se sobrepasan los estándares de calidad pues se encontraron turbiedsades >1000 FAU y sólidos de 468928 mg/l. sumado a la reducción considerable en el número de especies reportadas para la zona. Además, se encontraron 70 especies de vegetación agrupadas en 59 géneros y 30 familias y fauna con 6 especies de peces y 7 especies de herpetos.
La bahía de Guapi se encuentra contaminada por las grandes descargas de desechos sólidos y líquidos que recibe a través de las quebradas La Tunda, Barro, Galeria y demás que a esta vierten, pues, estos sistemas hídricos, presentan un alto estado de alteración y un nivel de contaminación que se refleja en las concentraciones de coliformes (2300 – 32000 NMP) y oxígenos disuelto de (1.6 – 5.0 mg/l) junto con la baja riqueza de algas ( 6 órdenes, 6 familias y 7 especies, para un total de 28 individuos).
La calidad del agua del río Neguá presenta alteraciones en sus características fisicoquímicas como consecuencia del desarrollo de actividades mineras, en general esta fuente hídrica junto con los afluentes evaluados en este estudio no presentan buenas condiciones en cuanto a calidad fisicoquímica y microbiológica de aguas destinadas para consumo humano y uso doméstico, ya que a pasar que se registraron niveles aceptables de oxígeno disuelto (3,9 - 7,3 mg/l), pH (6,2 - 6,83) y temperatura (24,6 - 25,4 °C); variables como los sólidos suspendidos y la turbiedad (22, 124.7 mg/l y 31, 49.33 FAU) arrojaron altos valores que pueden restringir el desarrollo de especies acuáticas y afectar la salud de las personas aledañas al recurso. Lo anterior influyó en la fauna de macroinvertebrados que se representó en 330 individuos distribuidos en 2 clases, 4 órdenes, 13 familias y 16 géneros. En cuanto a la vegetación asociada al recurso, estuvo representada en 8771 individuos distribuidos en 126 especies agrupadas en 59 géneros y 45 familias. Finalmente se registraron 21 especie ícticas (11 familias, 3 órdenes Characiformes, Siluriformes, Perciformes).
Se realizó monitoreo de la calidad fisicoquímica y ecológica de las aguas costeras de la bahia de Turbo, a partir de medición in situ y toma de muestras para análisis de laboratorio de aguas y limnología. Durante el año 2013 la bahía y la zona de interconexión con el Waffepresentó mayor contaminación que en 2015. El monitoreo registró una reducción en la concentraciones de grasas y aceites (90.7 – 35 mg/l ) y un aumento en la riqueza de macroinvertebrados acuáticos pasando de 0 individuos para 2013 a 6 individuos en 2015 . Con respecto a la composición, las algas estuvieron representadas por Bacyllariophytas y Dynophytas, las cuales indican eutrofización del sistema hídrico.
El río Acandiseco mantiene condiciones que permiten el desarrollo de grupos biológicos, aunque registra parámetros críticos como turbiedad (55,2 FAU) y grasas (25,5 mg/L), asociados a minería previa y otras actividades, junto a la presencia de Cyanobacterias como indicadores de alteración. La vegetación mostró 738 individuos (60 especies, 36 familias), mientras la fauna incluyó 94 peces (18 especies, 9 familias), con 8 nuevas especies reportadas para la cuenca (Hoplias malabaricus, Cichlasoma festae), 63 anfibios (16 especies) y 39 reptiles (9 especies). Aunque las áreas mineras presentaron mayor riqueza específica, los anfibios y reptiles reflejaron perturbaciones acumulativas por cambios en el hábitat, destacando la necesidad de controlar vertimientos para preservar la conectividad ecológica y la biodiversidad endémica
Las quebradas el Cielo y la Carolina poseen una gran cantidad de bienes y servicios, no solo para el consumo de los habitantes del corregimiento de Capurganá sino también, para el establecimiento y conservación de la biota acuática y como atractivo turístico. Pese a esto se encontraron concentraciones de coliformes fecales (96-750 UFC/100ml) y solidos (70-120mg/l) sugieren la necesidad de aplicar tratamiento y estrategias de manejo de las cuencas. En cuanto a los macroinvertebrados, estuvieron representados en 288 individuos en su mayoría Insectos, Malacostracos, Aráchnidos y Gastrópodos; distribuidos en 4 Clases, 11 Órdenes, 29 Familias y 45 Géneros. Los resultados del análisis de la composición florística general de la vegetación ribereña estudiada en las quebradas el Cielo y la Carolina presenta un total de 1.194 individuos reconociendo 43 familias y 79 géneros distribuidos entre helechos, árboles, arbustos, lianas, epifitas y hierbas de angiospermas representadas por 104 especies. La estructura y composición de la comunidad íctica, estuvo determinada por 40 individuos agrupados en 11 especies 8 familias y 5 órdenes. En la quebrada El Cielo se obtuvieron 23 individuos y 9 especies, mientras que en la quebrada La Carolina 17 individuos y 7 especies. La composición de la comunidad de peces registrados, muestran en general los patrones descritos para la ictiofauna Neotropical, la cual, los órdenes Characiformes, Perciformes y Siluriformes, conforman la mayoría de las especies en una comunidad. En términos generales, El Cielo y La Carolina presentaron un buen estado de conservación en todos los puntos de muestreo, específicamente en los puntos asociados a la bocatoma que abastece el sistema de acueducto en el corregimiento de Capurganá. Se requiere realizar monitoreos periódicos de calidad fisicoquímica y ecológica teniendo en cuenta los diferentes usos del recurso específicamente para consumo humano.
La parte alta y media del río Micay, se encuentra en condiciones que restringen el desarrollo de las comunidades biológicas, si se considera que en su parte media se encontraron los mayores valores de tanto de sólidos disueltos y suspendidos ( 40.8, 40.9 mg/l y 8, 28 mg/l) como de turbiedad (3,18 FAU); además de las bajas concentraciones de oxígeno (2.4 - 4.2 mg/L), contexto que evidencia la necesidad de tomar medidas de control que permitan mejorar las condiciones fisicoquímicas y biológicas no sólo de la parte media sino también baja, al igual que el diseño de herramientas que permitan que las actividades socioeconómicas que se llevan a cabo sobre este sean más amigables y equilibradas con el medio ambiente; Por su parte, la comunidad de macroinvertebrados estuvo representada por 1 clase, 3 órdenes, 6 familias, 8 géneros y 53 individuos.
La parte alta de la cuenca (sector Arenal), se encuentra influenciada por el desarrollo de actividades extractivas como la minería evidenciada en concentraciones de sólidos suspendidos de 37.6 mg/l y turbiedad de 41 FAU; en la parte media (Yuto) y baja (Doña Josefa), la contaminación que se evidencia está determinada por los vertimientos de origen doméstico dadas concentraciones de coliformes fecales que oscilaron entre 68666 a 130000 NMP. En relación a la calidad ecológica se registraron especies de macroinvertebrados referidas a 378 individuos distribuidos en tres clases, 11 órdenes, 26 familias y 38 géneros, de los cuales sobresalió la clase Insecta como la más representativa en cuanto a número de individuos y con la mayor riqueza taxonómica; además de grupos de peces con un registro de 310 individuos de 21 especies pertenecientes a 12 familias y 5 órdenes; herpetos con 12 especies, distribuidos en nueve familias y dos órdenes, que corresponden a tres grupos de herpetos, (Anuros, lagartos, serpientes y corocodilios), así como grupo de aves representadas en 112 individuos, pertenecientes a 24 especies de aves y 15 familias. En relación con el estado de la vegetación, se reportaron 924 individuos, discriminados en 39 familias, 60 géneros y 75 especies de plantas en 0,6 ha. Lo anterior, pone de manifiesto la necesidad de diseñar e implementar estrategias de manejo y conservación del recurso, que garantice el mejoramiento de su calidad para el uso y disfrute de generaciones futuras.
La evaluación fisicoquímica y ecológica del río Guajuí (comunidades de Limones, San José, San Antonio) y el río Timbiquí (Chacón Playa, Brazo corto, Brazo largo), dan cuenta de la afectación que reciben estas fuentes hídricas por el desarrollo de actividades económicas como la minería, reflejado en concentraciones de sólidos suspendidos (201mg/l), turbiedad (182 FAU) y nutrientes como el fosfato (2.06mg/l). Los macroinvertebrados acuáticos estuvieron representados por un total de 5 órdenes 9 familias y 15 géneros, predominando la clase Insecta, con índice de diversidad para el río Guajuí de 13 y para el río Timbiquí de 11. Adicionalmente, el índice BMWP/Col el río Guajuí y parte baja del río Timbiquí, muestra aguas moderadamente contaminadas, evidenciando signos de alteración en el recurso hídrico como consecuencia de las actividades antrópicas que alteran la calidad del agua conllevando a procesos de eutrofización. Los resultados sugieren la implementación de medidas y control sobre el desarrollo de actividades específicamente mineras, teniendo como referencia la importancia que revisten estas fuentes hídricas en el desarrollo socioeconómico, cultural y ambiental de cada una de las comunidades que convergen dentro de los Consejos Comunitarios Negros Unidos y Río Guajuí.
Los resultados fisicoquimicos mostraron la presencia de contaminación por fuentes puntuales y dispersas asociadas a los colectores domésticos, así como al aporte de sedimentos provenientes de los ríos Ancachí y Nuquí como principales afluentes del mar en esta zona costera. Pese a encontrarse aguas bien oxigenadas (5-8mg/l) los resultados de coliformes fecales y totales, grasas y aceites, así como en la DQO y la DBO5 mostraron la influencia de la materia orgánica y fecal sobre la calidad del agua; de igual manera los nutrientes como el fosfato denotan una clara tendencia a la eutrofización del ecosistema, lo que puede generar un crecimiento acelerado de algas, lo que contrastó con la la proliferación de Bacyllariophytas que fue el grupo dominante con el 73% del total de individuos colectados, lo que influyó en que se presentaran valores bajos de diversidad (0.8 - 1.8) en las 3 estaciones de muestreo, altas dominancias (0.8) y bajas riquezas para todas las estaciones (8 taxas). A nivel de macroinvertebrados se colectaron se obtuvo una baja composición con 81 individuos agrupados en 3 clases, 5 órdenes, 6 familias y 6 géneros, dominando en representatividad la clase crustácea.
Los resultados dan cuenta de aportes contaminantes de origen inorgánico y orgánico influenciado por prácticas mineras y vertimientos domésticos. Las afluentes que aportan mayor contaminación inorgánica y sedimentos al río Atrato son Quito y Cabí debido a las prácticas mineras sobres sus cauces, representadas en aportes de concentraciones de sólidos suspendidos entre 19 a 456 mg/l, y turbiedad entre 16 a 468 FAU. Las quebradas Caraño y la Yesca generan una mayor contaminación orgánica relacionada con vertimientos domésticos sólidos y líquidos, en los que se destacan concentraciones de grasas y aceites entre 4 a 7,8 mg/l, así como concentraciones de nutrientes entre 0,72 a 2,5 mg/l de fosfatos; condiciones que comprometen la oxigenación de estas dos fuentes hídricas, con bajas concentraciones que oscilan entre 2,7 a 5,5 mg/l de OD. Sumado a esto, las condiciones de estos afluentes han generado una comunidad de macroinvertebrados pobre, reducida e indicadora de la mala calidad de agua, con escasa capacidad de riqueza y diversidad de especies y dominando organismos indicadores de aguas netamente poluidas o indicadoras de bajas condiciones de supervivencia.
Los resultados evidenciaron sistemas oxigenados con buena calidad fisicquimica y una variable crítica en puntos especificos de intervención.Dicha variable corresponde al fosfato, evidenciando contaminación del agua por vertimientos orgánicos provenientes de actividades productivas y domésticas en el área de influencia. se registraon 585 individuos de macroinvertebrados distribuidos en 3 clases, 11 órdenes, 25 familias y 33 géneros, donde el orden más abundante fue el Ephemeróptera (70,37%) y el el género Thraulodes obtuvo casi la mitad de los individuos (46,83%). El índice de calidad biológica del agua mediante macroinvertebrados acuáticos, obtuvo puntuaciones altas generalmente y dio como resultados, aguas de buena calidad, lo que nos indica que, a pesar de la existencia de intervenciones antrópicas, los ecosistemas evaluados presentan aún buenas condiciones de calidad ecológica. El mayor valor del índice fue para el río Catrú cuya asignación fue de 143 equivalentes a aguas de clase I-Buenas y significan aguas muy limpias, no contaminadas o poco alteradas. Seguido del puntaje de 130 para el río Dubaza y la quebrada Cedro con un puntaje de 107 que corresponden a la misma clasificación de calidad. Sin embargo, en la estación de intersección entre el río Catrú y la quebrada Cedro, que obtuvo un puntaje bajo de 43, que la ubica en clase III-Dudosa y significan aguas moderadamente contaminadas.
El análisis de lagunas derivadas de minería y fuentes hídricas intervenidas reveló que su calidad fisicoquímica varía según la temporalidad del disturbio minero. Las lagunas más recientes (1-10 años) mostraron altas concentraciones de sólidos disueltos/suspendidos y temperatura elevada, mientras que las fuentes analizadas presentaron impactos directos en turbiedad, sólidos sedimentarios y nutrientes (e.g., fósforo >1.200 µg/L) tras vertimientos mineros. Todos los escenarios mineros registraron un estado trófico hipereutrófico, vinculado a contaminación orgánica avanzada y alteraciones en la dinámica algal. Los resultados destacan que la temporalidad del abandono minero influye en la composición fisicoquímica del agua, exigiendo planes de rehabilitación diferenciados para mitigar impactos acumulativos.
El río Atrato enfrenta una grave contaminación por fuentes inorgánicas y orgánicas: los afluentes Quito y Cabí aportan altos niveles de sólidos suspendidos (19-456 mg/L) y turbiedad (16-468 FAU) por minería, mientras las quebradas Caraño y La Yesca presentan grasas (4-7,8 mg/L) y fosfatos (0,72-2,5 mg/L) por vertimientos domésticos, reduciendo el oxígeno disuelto (2,7-5,5 mg/L) y generando comunidades de macroinvertebrados empobrecidas, dominadas por especies tolerantes a aguas contaminadas. El índice BMWP/Col (15-53) evidencia una calidad hídrica entre "dudosa" y "muy crítica", lo que refleja una degradación generalizada que exige acciones urgentes de manejo ambiental para mitigar los impactos sobre el río y sus ecosistemas asociados.
El análisis mostró que el agua de la bahía de Ciudad Mutis presenta problemas de contaminación por vertimiento de materia orgánica a través del río Jella como principal afluente de la bahía, representado en concentraciones elevadas de DQO (entre 12 a 18,5mgO2/l), grasas y aceites (entre 10 a 23 mg/l); al igual que contaminación por microoganismos constituida en grandes aportes de coliformes totales (4577 a 304,615 NMP) y fecales (345450 a 53700 NMP) que sobrepasan el límite establecido por la normatividad colombiana para diferentes usos del recurso hídrico. De igual manera los nutrientes como el fosfato (0,9 a 2,5 mg/l) denotan una clara tendencia a la eutrofización del ecosistema hídrico, lo que puede generar un crecimiento acelerado de algas y alterar el equilibrio biótico tanto en el río Jella, la zona de costa y el mar. Estos resultados muestran un aumento de coliformes con relación a los registros obtenidos en 2013 (200 a 3200 NMP). El análisis estadísticod e los datos, permitió identificar que existe un gradiente, que se observa en el eje 1, que está definido claramente por el año de muestreo, es decir que se ha generado un aumento en la contaminación del agua en 2017 con relación a 2013, situación que se corroborá en el compotamiento de la comunidad de algas que presentó una mejor distribución de la comunidad en los años atrás, evidenciando que la contaminación en la bahía y los niveles de eutrofización pueden haber avanzado a lo largo del tiempo, teniendo en cuenta que se ha reducido la riqueza de individuos.
Para la caracterización y evaluación de la calidad fisicoquímica y ecológica de las aguas costeras de la bahía de Tumaco y sus principales afluentes de contaminación urbana en el Pacífico Colombiano, se tomaron como referencia 5 sitios representativos teniendo como distancias aproximadamente 200 m entre puntos de muestreo, desde la costa hasta el interior de la bahía. Se midieron varaibles fisicoquimicas y se colectaron macroinvertebrados y algas para hacer una evaluación integral de la calidad ecologica del ecosistema. Los resultados del levantamiento de información en campo y el análisis en laboratorio, evidencian que a pesar de que variables como oxígeno disuelto (6,54 a 8,74 mg/l), pH (7,84 a 8,28), temperatura (28 a 32,3) y coliformes fecales entre <10 a 112 NMP/100ml, se encuentran dentro del límite establecido por el Decreto 1594/84 para conservación de biota acuática y actividades que requieren contacto primario; los niveles de fosfatos evidencian condiciones tróficas que van desde estado Ultraoligotrófico (<4 mg/m3 PO4) a Hipereutrófico (290 a 1210mg/m3 PO4), poniendo en evidencia la existencia de alto aportes de nutrientes que pueden estar asociados a vertimientos domésticos y de origen productivo sin tratamiento previo, lo que favoreció la dominancia de especies fitoplanctónicas tolerantes a condiciones de contaminación como Bacteriasirum furcaium cf y Coconeis sp que han sido reportadas como indicadoras de eutrofización por nutrientes.
A pesar de estar influenciados por actividades domésticas y mineras en áreas cercanas no se evidenciaron alteraciones notables de las variables fisicoquímicas del agua, por el contrario estos ecosistemas presentaron una alta disponibilidad de oxígeno disuelto (7,8–8,3 mg/l), bajas concentraciones de turbiedad (5–14 FAU), material suspendido (5 -14 mg/l) y nutrientes (no superior a los 0,03 mg/l de nitrato y 0,05 mg/l de nitrito), lo cual puede indicar que las características hidráulicas del sistema y las condiciones climáticas favorecen procesos de depuración y el mantenimiento de la calidad fisicoquímica del agua. La comunidad de macroinvertebrados acuáticos estuvo representada por 45 individuos, distribuidos en, 4 clases, 6 Órdenes, 8 Familias y 9 Géneros, arrojando una calificación Dudosa para el Índice BMWP/Col, lo que evidencia aguas moderadamente contaminadas que sugieren la necesidad de establecer medidas de manejo ambiental que reduzcan los efectos de las presiones antrópicas del área de influencia.
Los análisis evidencian una alta contaminación en las aguas costeras del Golfo de Urabá, influenciada por los aportes del río Atrato (especialmente en la Boca El Roto), que introducen sólidos totales (96–33.546 mg/L), fosfatos (0,5–2,5 mg/L), grasas y aceites (8–36,61 mg/L), DBO (1,5–8,49 mg/L) y coliformes fecales (10–10.900 NMP/100 mL). Estos parámetros superan los límites permisibles para conservación de biota acuática, generando hipertrofia avanzada confirmada por los índices ICA e ICOTRO, que clasifican la calidad como regular a buena en algunos puntos, aunque con dominancia de algas tolerantes como Anabaena sp. y Aulacoseira sp., indicadoras de eutrofización por exceso de nutrientes. La comunidad algal (5.629 células, 28 especies) está dominada por Cyanophyta (49%), mientras los macroinvertebrados (92 individuos, 13 familias) reflejan una biodiversidad reducida, confirmando el deterioro ecológico por contaminación orgánica y sedimentos. Los resultados señalan la urgente necesidad de controlar vertimientos y mitigar la carga contaminante del Atrato para preservar el ecosistema estuarino.
Con el objetivo de monitorear la calidad del agua y evaluar los aportes contaminantes de afluentes urbanos al río Atrato (quebradas el Caraño y la Yesca y los ríos Quito y Cabí) a partir de la evaluación de diferentes parámetros fisicoquímicos y la colecta de macroinvertebrados, se determinó́ que existen dos principales fuentes de contaminación del recurso, enmarcadas en disposición de residuos sólidos y vertimientos de aguas residuales domésticas en grandes cantidades para el caso de las quebradas la Yesca y Caraño, aportando altas concentraciones de materia orgánica, microrganismos y grasas de ahí, que variables como la turbiedad (95 - 136 FAU), sólidos suspendidos (88 - 191mg/l), grasas y aceites (10 – 35 mg/l), junto algunos nutrientes como el fosfato (0,08 – 1,82 mg/l) hayan arrojado altos valores que indican contaminación de tipo urbano. Para el caso de los ríos Cabí, Quito y Atrato, aunque también se encontraron influenciados por contaminantes de origen domésticas, las variables de mayor indicación se asocian a la influencia del desarrollo de actividades mineras que modifican la calidad fisicoquímica del agua al producirse altos contenidos de sólidos suspendidos (26 -319 mg/l), erosión de rondas hídricas, turbiedad del agua (26 – 316 FAU), películas de grasa (10–15 mg/l) sobre la superficie y problemas de eutrofización generado por aportes de nutrientes como el fosfato (0,01 – 0,94 mg/l). La comunidad de macroinvertebrados acuáticos presentes en el río Atrato y sus cuatro principales afluentes, presentó un total de 243 individuos distribuidos en 7 Clases, 11 Órdenes, 19 Familias y 23 Géneros, con dominancia de organismos indicadores de contaminación o degradación del hábitat de ahí que su calificación del índice BMWP/col oscilaron entre dudosa para Caraño y la Yesca, Crítica para Atrato y Quito y muy crítica para el rio Cabí, lo que evidencia una persistencia de los niveles de contaminación durante los últimos años para este sistema hídrico.
Los resultados fisicoquimicos muestran una reducción en las condiciones desde la zona alta hasta las zonas media y baja de la quebrada Giginia, pasando de valores promedios del ICA de 54 en la zona alta que le otorgan una calificación de calidad Regular, hasta 75 en la zona media (Calidad Buena) y 70 en la zona baja (Regular). El comportamiento del índice estuvo asociado a las altas concentraciones de sólidos disueltos, nutrientes, coliformes fecales y la baja disponibilidad de oxígeno en la zona alta. A nivel florístico, en la parte alta se registraron en total 123 individuos distribuidos en 43 especies, 35 géneros y 25 familias, en la parte media 49 individuos, distribuidos en 17 familias, 26 géneros y 28 especies y en la parte baja 82 individuos distribuidos en 32 especies, 27 géneros y 19 familias, lo cual evidencia que a pesar de la fuerte presión a la que fue sometido este ecosistema por actividades antrópicas que tienen que ver con la tala, extracción selectiva de algunas especies forestales, explotación minera y la transformación de los mismos a causa de la agricultura, está quebrada aún conserva su composición florística, lo cual está favorecido por las dinámicas naturales del ecosistema que le han permitido resistir los efectos antrópicos y mantener su biodiversidad. A nivel faunístico se registraron 340 individuos de peces agrupados en cinco órdenes, 13 familia y 23 especies, 23 especies de herpetos y 11 de anfibios, lo que mostró que la fauna asociada a la quebrada Giginia es muy importante en términos numéricos, puesto que se evidencia la gran riqueza de peces, herpetos y aves que sostiene esta cuenca, encontrándose especies de alto valor especial, endémicas, migratorias, incluso especies en categorías de amenazas.
El monitoreo ecológico del área revela condiciones de calidad hídrica críticas: el oxígeno disuelto (3,97–7,03 mg/L) y su saturación (51–92,8%) han disminuido respecto a 2018, mientras parámetros como sólidos suspendidos (14–233 mg/L), turbiedad (8–226 FAU) y fosfatos (0,05–2,59 mg/L) reflejan impactos por erosión natural y contaminación orgánica, con coliformes fecales (20–46.500 NMP/100 mL) y grasas (<8 mg/L) que superan los límites para conservación de biota. El índice ICA (66,14–73,24) confirma una calidad regular a buena, aunque persiste eutrofización leve, evidenciada por la dominancia de algas (Bacillariophyta: 48,76%, Cyanophyta: 41,46%) y un cambio en macroinvertebrados, donde Crustáceos (60,56%) reemplazaron a Insectos como grupo dominante. Los resultados subrayan una presión constante por contaminación que afecta la biodiversidad acuática.
Los resultados fisicoquímicos muestran que el Waffe se comporta como un sumidero de material en suspensión a lo largo de su eje longitudinal, esto es un indicativo de que la energía de flujo dentro del Waffe disminuye desde el continente hacia el mar. El análisis de sedimento evidenció acumulación de PO43-, NO3-, NH4+ y Fe en los estratos inferiores del núcleo o al menos migración vertical de especies reducidas hacia el fondo, el análisis del contenido de nutrientes en el perfil sedimentario extraído permite observar que el Waffe ha sido históricamente un sumidero de estos. El análisis histórico evidenció que las cargas de nutrientes al Waffe han disminuido durante los años 2013-2019 (Figura 30). La diferencia entre las concentraciones de PO43- de 2013-2015 y 2019 es significativa. Mientras los niveles de 2013-2015 indicaron eutrofización. La abundancia de géneros de fitoplancton y la correspondiente a organismos bentónicos no presentó diferencias espaciales significativas entre muestreos. Lo anterior sugiere que las características similares de los tres sitios muestreados en el Waffe no influyeron en la distribución espacial de organismos. En contraste, la composición de comunidades fitoplanctónicas y bentónicas si presentó diferencias temporales significativas (p < 0,05). Esto sugiere que la estructura de la comunidad biológica del Waffe varía en periodos < 20 días. En términos generales El Caño Waffe se comporta como un sumidero de Nitrógeno, Fosfato y sólidos suspendidos que se acumulan en biota acuática y sedimento, por lo que los procesos de resuspensión pueden aumentar su disponibilidad. La calidad del agua del Caño el Waffe presenta deterioro, i.e., hipereutrofiía, las áreas que registran menor influencia de estos aportes de aguas residuales no tratadas registraron condiciones eutróficas, evidenciando la problemática sanitaria asociada al aporte de material orgánico de esta zona hacia el Golfo de Urabá.
Los resultados dan cuenta de las buenas condiciones del recurso en todos sus tramos (alta, media y baja) favorecidos por aguas oxigenas (7,5,7,6 y 6,8 mg/l en bajamar y 7,9,7,6 y 7,2mg/l en pleamar) con valores mayores a los 4mg/l. En síntesis, el comportamiento de la estructura fisicoquímica del cuerpo de agua del río Guapi presentó una calidad que lo cataloga como un ecosistema ambiental favorable para la diversidad y sostenibilidad ecológica del mismo, principalmente en la zona alta y media en la cual la influencia de actividades domésticas y extractivas fue menor. Así mismo se este comportamiento estuvo influenciado por otros tributarios de la cuenca los cuales aportan permanentemente un recambio además de la dinámica hídrica que contribuye a la disolución de sustancias contaminantes. En cuanto a la comunidad de macroinvertebrados acuáticos en el río Guapi arrojó un total de 499 individuos, distribuidos en 6 clases (Insecta, Oligochaeta, Crustacea, Gastrópoda, Bivalvia e Hirudinea), 9 Órdenes, 12 Familias y 13 Géneros, mostrando una calificación de aguas contaminadas y dudosa según el Índice BMWP/Col. Lo anterior, sugiere la necesidad de establecer medidas de manejo ambiental que reduzcan los efectos de las presiones antrópicas del área de influencia.
Los resultados obtenidos, indican que, el agua de esta fuente hídrica presenta una calidad regular, ya que en promedio cada punto de monitoreo arrojó un valor del ICA de 60, 57, 53, 68, 68, 74, 67, 65 desde la parte alta hasta la zona bajael. Se resalta qe en la zona media de la quebrada se registraron las mejores condiciones de calidad fisicoquímica, lo que pudo estar asociada a su capacidad de auto regulación y a la poca intervención antrópica en esta zona. En cuanto a la calidad ecológica, la quebrada Giginia reporta para este monitoreo un total de 105 especies, distribuidas en 70 géneros, 45 familias, 29 órdenes, 12 clases y 7 divisiones en 10,682 células perifíticas (or/cm2). Las divisiones reportadas a nivel general fueron las algas Bacyllariophytas con una abundancia relativa del (57%), seguido de las Cyanophytas, con el (21%) de abundancia y las Chlorophytas con el (10%) de la abundancia general. Para el caso de los macroinvertebrados acuáticos, según el índice Bmwp/Col, la quebrada la Giginia, presenta valores de calidad de agua relacionados con la presencia de las especies y de las características propias de zona (alta, media y baja); por consiguiente, el valor más alto fue para los puntos 4 y 5 y presentan una calificación de calidad de agua Buena, de clase I con (159 y 128) puntos; los puntos 1 y 6, presentan aguas de clase II, Aceptable (73, y 90), los puntos 7 y 3 clase III Dudosa (36 y 41) y la menor calidad de agua es para los puntos 2 y 8 (15 y 34) con calidad de agua IV Crítica.
Los resultados evidencian que las quebradas la Yesca y Caraño mostraron una disponibilidad de oxígeno fue baja, con variaciones de 0,12 a 5,43mg/l y una media de 1,38 mg/l que junto con el coeficiente de variación (1,1), indican que además de encontrarse generalmente por debajo de 4mg/l, presentó pocos cambios entre los muestreos, lo que sugiere condiciones frecuentes de anoxia que constituye una limitante para el desarrollo de los organismos acuáticos, lo cual puede estar asociado a un exceso de nutrientes que ingresan de manera antrópica al cuerpo de agua. El rio Cabí presentó condiciones similares al río Quito, donde predominan los aportes de sólidos suspendidos asociadas a la actividad minera que se realiza sobre el cauce y a los procesos erosivos que esta genera. En general, los resultados permiten clasificar los afluentes del Atrato analizados en dos grupos con características similares de acuerdo a su estado trófico, el cual fue consecuente con la tipología de las presiones a las que se encuentran sometidas y con sus condiciones hidráulicas. Para el caso de las algas perifíticas colonizadoras de sustratos artificiales, es evidente que se presenta una muy baja riqueza de especies, baja diversidad para las cuatro fuentes, sin embargo una muy alta densidad de especies cosmopilitas, de ecosistemas altamente eutrofizados e hipereutrofizados; resaltando que la especie Colacium sp (Euglenozoa), fué quien oportunamente dominó todas estas fuentes hídricas, además de la alta presencia de cianobacterias, que confirman las grandes afectaciones ambientales de estos afluentes por ser resistentes a la contaminación por materia orgánica, aguas residuales y déficit de oxígeno, además se confirman las apreciaciones de algunos autores que manifiestan que cuando la contaminación aumenta hay una pérdida o reducción notable de la diversidad de especies bentónicas.
A nivel fisicoquímico los resultados evidencian un ecosistema en condiciones anóxicas con concentraciones de oxígeno disuelto entre 0,280 y 1,63mg/l y un porcentaje de saturación de oxígeno no superara el 20%, manteniéndose por debajo de los niveles mínimos requeridos para soportar vida acuática. Se registraron concentraciones considerables de sólidos disueltos, conductividad y nutrientes, los cuales son responsables de contribuir con la reducción del oxígeno en el ecosistema, resultados están directamente relacionados con las condiciones ambientales, el estado del cauce y su modificación durante el proceso minero, cuya práctica redujo la pendiente a valores muy bajos (0,8%) dejando el cauce aplanado, lo que genera velocidades mínimas que oscilaron entre 0,01 y 0,08m/s, situación que reduce la dinámica de flujo y el recambio de cambio de agua, favoreciendo la acumulación de los nutrientes aportados por el suelo y la vegetación de ribera que aparece con el proceso de restauración pasiva que se ha desarrollado durante los últimos 30 años. A nivel biológico se registró́ en una composición significativa de algas adaptados a vivir en condiciones ricas en nutrientes, con grupos como Cynophyta, Bacyllariophyta,Chlorophytas principalmente. Se registraron 75 especies, altas densidades celulares, valores bajos de diversidad y alta dominancia de especies como Pseudomonas sp, Cyanophyta indicadora de aguas contaminadas. La comunidad muestra un alto cosmopolitismo, así como una gran cantidad de especies de algas de tipo planctónico; que se encuentran adheridas a sustratos estables. Se reporta una variabilidad temporal en la riqueza y la abundancia, con apariciones de especies exclusivas para cada estación de la quebrada. Se muestra además una buena representación de diatomeas y euglenophytas, confirmando las condiciones de eutrofía de la quebrada.
Los resultdos de variables como solidos suspendidos (34,6 a 230 mg/l) y sólidos totales (79 a 388 mg/l), mostraron una disminución considerable en comparación con los resultados del 2019 (88 a 51430 mg/l). Por su parte, los coliformes totales se registraron entre 450 a 42000 NMP/100ml, estando por encima de los límites admisibles para actividades que requieran contacto primario, en todos los puntos de muestreo, sin presentar variaciones con respecto a los monitoreos de 2019, En relación a la DBO, grasas y aceites, estas variables permanecieron constantes con registros que estuvieron por debajo de 3,0 mg/l y 8mg/l respectivamente; resultados que, de igual manera, se asocian a las condiciones climáticas por fenómenos de lluvias que generan fluctuaciones del caudal y aumento de turbulencias que pueden influir en el comportamiento de estos elementos sobre la superficie del agua. A nivel biológico, las algas del fitoplancton se encontró un total de 191.322 células del fitoplancton (org/ml); repartidas en 4 divisiones, 8 clase, 21 órdenes, 27 Familias y 79 morfoespecies. En términos de densidades celulares se encontró, que el mayor número de células fueron encontradas para las algas de la división Bacyllariophyta, clase Bacyllariophyceae con 57,914 células que equivalen al (45,67%) de la abundancia total reportada; seguido de la división Cyanophyta y la clase Cyanophyceae con 45,144 células que corresponden al (35,6%) de la abundancia total general. La comunidad de macroinvertebrados presentó una baja composición taxonómica, registrandose en total 138 individuos en marea alta y 70 en marea baja, predominando organismos indicadores de aguas con algún tipo de eutrofización, sedimentación y descargas por materia orgánica.
Los resultados muestran en términos generales un ecosistema con niveles aceptables de pH (4,5 – 9,0) y el oxígeno disuelto (>4,0 mg/l) ya que se encontraron dentro de los limites exigidos por la normatividad para conservación de biota acuática, sin embargo, se registraron valores considerables de sólidos disueltos (9,5mg/l) y turbiedad (22FAU). El análisis temporal permitió comparar los resultados obtenidos con los datos registrados en años anteriores, lo cual mostró que con el tiempo hay una reducción en la concentración de estas variables. El PCA discriminó los datos de 2013 frente a los obtenidos en 2015, 2018 y 2020, mostrando que las variables analizadas presentan menores unas concentraciones en estos últimos y que durante 2013 se presentan las concentraciones más elevadas tanto de sólidos suspendidos como disueltos y nutrientes. Con respecto a los macroinvertebrados acuáticos, se encontró que las especies más abundantes son Megagidella sp con 26 individuos que representan el (29,55%), seguido de Rhagovelia sp, con 19 individuos que representan el (19,32%) y NN de isópoda con 11 individuos que representan el (12,50%). En general estos organismos son indicadores de materia orgánica en zonas costeras y son tolerantes a la sal. En síntesis, de los 15 géneros encontrados, solo 7 de ellos tienen puntuación para el índice de calidad de agua a nivel familia según el BMWP/Col, que definió una calidad de agua de 34, que corresponde a aguas de clase IV crítica, que significan aguas moderadamente contaminadas como consecuencia de la paca diversidad de familias reportadas.
Los resultados, permiten indicar que las condiciones ambientales asociadas a la calidad fisicoquímica del agua se encuentran en condiciones aceptables, teniendo en cuenta concentraciones óptimas de oxígeno disuelto (7,9 a 8.68 mg/l), pH (6.75 a 7,03) y temperatura (24,2 a 26 oC), que están por encima del límite establecido por la normatividad ambiental para la conservación de la biota acuática. De igual manera, los puntos monitoreados presentan buenas condiciones en cuanto al aporte de materia orgánica, con registros de sólidos disueltos totales (4.32 a 21,9 mg/l) y conductividad (9.51 a 47,5 μS/cm) indicando contaminación por mineralización muy baja, con mejores condiciones en las quebradas Juan Eligio y San Nicolas. En cuanto a los nutrientes, como los fosfatos (0.07 a 1,16 mg/l), nitratos (0,0 a 2,8 mg/l) y nitritos (0.005 a 0,050 mg/l), los registros evidenciaron concentraciones altas que superan los estándares admisibles para el establecimiento de la biota acuática. En términos generales, los resultados evidenciaron buenas condiciones en todos los puntos de muestreo, principalmente en las quebradas Juan Eligio y San Nicolas, las cuales constituyen fuentes de abastecimiento para consumo humano en estas comunidades. En cuanto a la calidad ecológica, la comunidad de macroinvertebrados acuáticos arrojó un total de 50 individuos distribuidos en 2 clases, 4 Órdenes, 9 Familias y 9 Géneros, siendo los insectos el grupo más representativo en términos de densidad, destacándose el orden Hemíptera con las familias Pleidae, Naucoridae, Veliidae y Gerridae con el 66.0% de los organismos registrados, los cuales son indicadores de aguas eutróficas, asociados a los niveles de nutrientes registrados, específicamente en el río Chuaré.
Los resultados del estudio mostraron que, la fuente del río Bubuey presentó condiciones fisicoquímicas que lo hacen un sistema con características aceptables que hacen posible el desarrollo y preservación de gran mayoría de la comunidad acuática en su interior. Las condiciones aceptables de este sistema natural, se basan en los niveles encontrados de parámetros determinantes principalmente como el pH (4,5 – 9,0) y el OD (> 40,0 mg/l), que presentaron un comportamiento casi constante en todos los sectores del muestreo, con valores dentro de los rangos sugeridos por la normatividad y los registros de temperatura acordes a las características climáticas de la zona. Pese al panorama anterior, se detectaron algunos indicios de restricciones, dado a que en algunos sectores del río (parte baja) el comportamiento de las variables refleja en su composición un grado heterogéneo notorio, especialmente en variables asociadas a contaminantes inorgánicos como la turbidez, los sólidos, la conductividad y los nutrientes, que pudieran afectar la funcionalidad biológica de especies frágiles en su interior. En cuanto a la calidad de agua con destino a consumo humano proveniente de la quebrada Agua Dulce, como fuentes naturales de captación se infieren condiciones poco aceptables de sus aguas para este fin, por lo que implica que se deben efectuar tratamientos convencionales para su potabilización. Con respecto a la comunidad de macroinvertebrados acuáticos, se registró un en el ecosistema un total de 297 individuos distribuidos en 3 clases, 8 Órdenes, 11 Familias y 12 Géneros, siendo los crustáceos el grupo más representativo en términos de abundancia, destacándose el orden Amphípoda con el 50.50% de los organismos registrados. Según el índice BMWP/Col se observó cierto grado de deterioro que sugiere la necesidad de establecer medidas de manejo ambiental que reduzcan los efectos de las presiones antrópicas del área de influencia.
Los resultados del monitoreo de la calidad fisicoquímica y biológica en 6 puntos establecidos por IIAP (2014), sobre la parte media y baja de la cuenca del río Quito, mostraron una calificación de ICA entre 58,69 a 80,88; indicando una calificación regular a buena, pese a esta calificación, los resultado de las variables fisicoquímicas como sólidos suspedidos (254 mg/l a 660 mg/l), turbiedad (,261 y 620 FAU), coliformes fecales (200 a 16345 NMP/100ml) y nutrientes como el fosfato (0,01 a 2,5 mg/l), evidencian que las condiciones de contaminación en los puntos monitoreados está asociada con el aporte de vertimientos mineros, teniendo en cuenta las 15 dragas evidenciadas en la zona desde los corregimientos de Paimadó y Villa Conto. A nivel biológico, la comunidad de macroinvertebrados presentó una baja composición taxonomica con un total de 35 individuos repartidos en 8 géneros, 8 familias, 5 órdenes, siendo la calse Insecta, la única presente durante el monitoreo, mostrando una persistencia con respecto a los monitoreos realizados en el 2014. En cuanto a concentraciones de mercurio en peces se evaluaron en total 29 muestras agrupadas en 12 especies ícticas de alta importancia de consumo y comercial, encontrandose que del total de muestras analizadas el 48.3% (63 individuos) exhibieron una concentración de Hg superior al 0.5 mg/kg permisible para el consumo humano, establecido en la resolución número 000122 de 2012 del Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia, resaltando especies como Pseudopimelodus schultzi (Bagre) con niveles entre 0,78 a 2,48 ug/g Hg y Ageneiosus pardalis (Doncella) entre 0,97 y 1,78 ug/g Hg.
El monitoreo del río San Francisco durante los últimos años ha mostrado que la calidad fisicoquímica del agua es aceptable, con un Índice de Calidad del Agua (ICA) entre 56.24 y 70.6, aunque persisten contaminantes como fosfatos (0.13-2.5 mg/l), turbiedad (96-472 FAU) y coliformes fecales (100-1090 NMP/100ml), debido a actividades antrópicas y erosión en la cuenca del Atrato. En términos biológicos, se registraron 185 macroinvertebrados distribuidos en 5 clases, 9 órdenes, 16 familias y 18 géneros, destacando los insectos como grupo dominante. También se identificaron 50 especies de algas fitoplanctónicas, con mayor riqueza en Bacillariophyta (34 especies). Los organismos encontrados indican aguas con altos niveles de materia orgánica y nutrientes, lo que refleja condiciones restrictivas para la conservación de la biota y actividades de contacto primario.
La evaluación de la calidad fisicoquímica y ecológica de fuentes hídricas urbanas de Capurganá, permite manifestar que la parte media y baja de la quebrada la Carolina y el río Capurganá se encuentran mayormente influenciadas por las descargas de aguas residuales urbanas no tratadas lo cual se refleja en los altos valores de coliformes fecales (172160 -122196,7 NMP/100mL Carolina y 3948,667 – 3275 NMP/100mL río Capurganá) y baja disponibilidad de oxigeno (2.11 – 1.58 mg/l) sobre todo en la quebrada la Carolina. La situación descrita se soporta también con los resultados del índice de calidad ICA que para el caso de la quebrada la Carolina presentó una calificación buena (75.5) hacia la zona alta, a diferencia de la zona media y baja que arrojo una calificación regular con valores de 57.04 – 53.23 que puede restringir el buen funcionamiento del cuerpo de agua. En cuanto al ICA en el río Capurganá, registró una calificación de calidad buena en todas sus zonas de con valores de 79,69 en la parte alta, 77,99 en la parte media y 77,33 en su parte baja. Con respecto a la calidad del agua partiendo del análisis la comunidad de macroinvertebrados se evidenciaron ciertas afectaciones en el ecosistema de ahí que exista una composición de organismos baja, baja diversidad y riqueza, junto a altas dominancias de organismos resistentes a la contaminación (Dípteros, Coleópteros). En general se reportó un total de 374 individuos repartidos en 33 géneros, 27 familias, 11 órdenes y 5 clases. Finalmente, la comunidad de algas registró un total de 60 especies, distribuidas en 59 géneros, 42 familias, 28 órdenes, 9 clases y 6 divisiones repartidas en 557,142 (or/cm 2). En síntesis, las descargas de aguas residuales no tratadas en las fuentes hídricas de la región contaminan los cauces principalmente con bacterias de coliformes fecales lo cual deteriora la calidad del recurso.
El río San Francisco presenta una calidad fisicoquímica aceptable para la vida acuática, con oxígeno disuelto entre 7.86 y 8.79 mg/l, pH de 6.69 a 7.32 y temperaturas de 24.1 a 26.6 °C. Sin embargo, se detectaron altas concentraciones de fosfatos (0.11 - 2.5 mg/l), posiblemente relacionadas con vertimientos domésticos y mineros. Los sólidos suspendidos indican un estado de contaminación muy bajo. En cuanto a macroinvertebrados, se registraron 151 individuos distribuidos en 3 clases, 8 órdenes, 13 familias y 17 géneros, siendo los crustáceos (familia Palaemonidae) los más abundantes (42.4%). El índice BMWP/Col arrojó un puntaje de 83, clasificando al río como ligeramente contaminado (Clase II). Aunque el agua es adecuada para la vida acuática, persisten alteraciones en el hábitat que limitan su calidad óptima.
El análisis comparativo (2015-2021) de cuatro afluentes urbanos del río Atrato revela condiciones ambientales persistentemente críticas: las concentraciones de oxígeno disuelto, sólidos suspendidos, fosfatos, grasas y aceites no mostraron diferencias significativas (p>0,05), indicando contaminación sostenida por vertimientos sin tratamiento. El índice ICA varió entre regular y malo, con descensos notables en El Caraño (2020-2021), La Yesca (ICA: 57 a 42 por bajo oxígeno) y río Quito (ICA: 69 a 61, pese a reducir sólidos disueltos y fosfatos, aumentó grasas y sólidos suspendidos). Río Cabí redujo sólidos suspendidos (332 a 29 mg/L) pero mantuvo un ICA decreciente (70 a 64). El BMWP clasificó a La Yesca como clase IV (muy crítica) y a Caraño, Cabí y Quito como clase V (crítica), con comunidades algales dominadas por Cyanophyta (62%) y Euglenophyta (18%), indicadoras de contaminación orgánica acumulada. Estos resultados evidencian sistemas hídricos degradados por vertimientos urbanos sin control
El estudio en el caño Waffe evidencia concentraciones elevadas de nitrógeno amoniacal, nitratos y fosfatos que superan los límites admisibles para ambientes marinos/estuarinos, reflejando eutrofización severa vinculada a vertimientos de aguas residuales sin tratar, lo que altera los ciclos naturales de nutrientes y degrada la calidad del agua. Además, se detectó enriquecimiento de hierro asociado a la resuspensión de sedimentos por dragado, que incrementa metales y nutrientes, afectando la productividad marina. Esta actividad también impacta comunidades biológicas: el fitoplancton muestra baja abundancia por reducción de transparencia (partículas suspendidas), mientras la fauna bentónica es eliminada durante la extracción de sedimentos, consolidando al Waffe como un sistema altamente perturbado por presiones antropogénicas y alteraciones físicoquímicas
El monitoreo de la quebrada Giginia (8 puntos, 12 muestreos) revela un gradiente ambiental influenciado por actividades socio-productivas: la zona alta presenta eutrofización y anoxia (OD <4 mg/L, pH 5.9) por vertimientos de fincas multipropósito, con altos sólidos disueltos (8-17 mg/L) y nutrientes; la zona media muestra oxigenación adecuada (6-8,9 mg/L) pese a aportes agrícolas (1-2,5 mg/L PO₄), mientras la zona baja presenta turbidez elevada (324 FAU) por minería y vertimientos domésticos. Los macroinvertebrados (727 individuos, 56 géneros) reflejan esta variabilidad: mayor riqueza en la zona media (22-28 familias) y dominancia de taxones tolerantes (Chironomus, Tubifex) en áreas críticas. El BMWP/Col confirma calidad buena (clase I) en puntos medios (153-157) y dudosa (clase III) en la zona alta (44), evidenciando la necesidad de ordenamiento comunitario y gobernanza hídrica para mitigar impactos y conservar el ecosistema.
El caño Waffe en Turbo actúa como un sumidero de contaminantes debido a vertimientos sin tratamiento, registrando coliformes fecales (33x10³–1,6x10⁸ NMP/100mL) que exceden 160.000 veces el límite permitido para contacto primario, junto con altos niveles de nutrientes (NH₄⁺, NO₃⁻, PO₄³⁻) que generan eutrofización severa. Presenta condiciones extremas de oxígeno disuelto (0–14,4 mg/L), incluyendo anoxia en épocas húmedas (0–0,29 mg/L) e hiperoxia en secas, asociadas a floraciones algales y alteraciones metabólicas. Los sedimentos muestran manganeso (0,05–0,35 mg/g) con riesgo tóxico por actividades de dragado, mientras los macroinvertebrados bentónicos (indicadores de materia orgánica) reflejan presión antropogénica continua, consolidando al Waffe como un sistema críticamente degradado que afecta la zona costera del golfo de Urabá.
El monitoreo de la calidad ecológica en aguas costeras de Bahía Solano (2013) reveló contaminación significativa por vertimientos domésticos y materia orgánica, con sólidos disueltos extremos (562–17.973 mg/L) influenciados por mareas y coliformes fecales elevados (17.823–778.327 NMP/100mL), indicando riesgo sanitario por patógenos. La relación DBO₅/DQO (<0,3) sugiere baja biodegradabilidad de materia orgánica (posible presencia de hidrocarburos), mientras el índice ICA (50–70) clasificó las aguas como "regulares", asociado a vertimientos domésticos y aportes del río Jella. El índice BMWP confirmó calidad crítica (clase V), con fitoplancton dominado por Cyanobacterias (62,64%) y Bacillariophytas (36,16%), indicativas de eutrofización, lo que exige medidas urgentes para prevenir el colapso del ecosistema costero.
La evaluación de la parte baja del río Guapi (7 estaciones) reveló condiciones fisicoquímicas favorables para la vida acuática, con oxígeno disuelto óptimo (5,59–7,8 mg/L), pH neutro (6,1–7,0) y bajos sólidos disueltos (8–44,7 mg/L) y suspendidos (13–30 mg/L). Sin embargo, se detectaron concentraciones preocupantes de fosfatos (0,24–1,45 mg/L) y coliformes fecales (150–1600 NMP/100mL), asociados a actividades humanas. El índice WQI-NFS clasificó la calidad como regular a buena (promedio 66,9), con puntos destacados como El Partidero y Temuey (71). Los macroinvertebrados (83 individuos, 8 géneros) y el BMWP/Col (clase III) indican contaminación moderada, evidenciando un equilibrio frágil que requiere monitoreo para preservar la salud del ecosistema.
Se evaluó la calidad fisicoquímica y ecológica del río Guajuí, a partir del establecimiento de 8 puntos de muestreo distribuido desde la zona alta, media y baja. Los resultados mostraron que las variables que determinan la subsistencia de la biota como oxigeno disuelto (6.46 y 8.02 mg/l), porcentaje de saturación (80.9 y 100.3%), pH (6.42 y 7.00) y temperatura (26.2 y 27.4 °C), permanecieron en condiciones optimas para el establecimiento de biota acuática (Decreto 703 de 2018). Los sólidos suspendidos (12.5 A 19 mg/l),y la turbiedad (14 a 21.5 FAU) mostraron registros bajos, asociados a las dinámicas hidrológicas del cauce principal. Pese a estos registros, algunas variables mostraron posibles alteraciones en las condiciones de calidad del agua, como la conductividad (20.65 a 5265 µs/cm), sólidos disueltos totales (9.77 a 2595 mg/l), fosfato (0.29 a 0.75 mg/l), coliformes totales (2420 a 19863 NMP/100mL) y coliformes fecales (350 a 1600 NMP/100mL) favorecidos por el contenido de material disuelto, materia orgánica y vertimientos de aguas residuales domésticas. De acuerdo con los índices de contaminación, las zonas muestreadas (San José, Carmelo, Limones y Quiroga), muestra un estado de calidad regular, según el rango obtenido para WQI-NFS (61,67 a 68,66); ICOMO (0,367 a 0,455), y el ICOTRO (0,29 a 0,49), clasificando esta fuente hídrica de categoría eutrófica (0.02 - 1 mg/L). A nivel biológico, la comunidad de macroinvertebrados estuvo representada por 176 individuos distribuidos en 3 clases, 7 Órdenes, 11 Familias y 12 Géneros, siendo los crustáceos el grupo más representativo en términos de abundancia; el grupo que presentó la mayor riqueza de taxa fue el Insecta con 8 géneros. En general, el índice BMWP/col arrojó un puntaje de 62, correspondiente a la clase II, lo que indica aguas ligeramente contaminadas, asociada posiblemente al vertimiento de residuos domésticos y el desarrollo de actividades antrópicas no planificadas.
Los monitoreos en aguas costeras de Nuquí (2016-2022) revelan condiciones regulares (ICA: 62,91-76,93) influenciadas por dinámicas mareales y aportes contaminantes, con sólidos totales que disminuyeron en 2022 (235-10.000 mg/L vs. 336-29.980 mg/L en 2016), asociado a lluvias intensas (710 mm/mes en octubre) que favorecieron dilución. Sin embargo, persisten altos coliformes fecales (279-424.196 NMP/100mL) y nutrientes (fosfatos: 0,17-2,5 mg/L; nitratos: hasta 0,030 mg/L), restringiendo la conservación de biota y contacto primario. Los macroinvertebrados (125 individuos, 10 géneros) mostraron dominancia de Crustáceos (66 individuos) y un BMWP/Col de clase V (aguas críticamente contaminadas), mientras el fitoplancton (214 células, 34 especies) estuvo dominado por Bacillariophytas (78,05%), con especies como Navícula y Nitzschia indicadoras de eutrofización por materia orgánica y nutrientes, confirmando presiones antrópicas y naturales que exigen medidas de manejo integrado.
La investigación en la cuenca del río Tanando aporta herramientas para el ordenamiento hídrico mediante recomendaciones de manejo y gobernanza del agua. Los resultados evidencian una calidad regular del agua (ICA 62,3–69,3) por contaminación con aguas residuales domésticas/productivas en la zona baja, reflejada en altos niveles de coliformes fecales (374–3270 NMP/100ml), fosfato (0,06–2,5 mg/l) y turbiedad (19–120 FAU), así como baja diversidad biológica por impactos antrópicos. Se zonificaron áreas prioritarias: 174 Ha en buen estado de conservación, 48 Ha para restauración y ordenación de actividades productivas, y 36 Ha para enriquecimiento forestal que mejoren la conectividad ecológica. El proyecto promueve justicia ambiental mediante participación comunitaria en la generación de conocimiento y políticas inclusivas para la gestión sostenible del recurso hídrico.
El monitoreo del caño Waffe, principal foco de contaminación en la bahía de Turbo, evidencia deterioro de la calidad del agua por vertimientos de aguas residuales sin tratamiento, con altos niveles de coliformes fecales (que superan los límites para contacto humano), nutrientes (NH₄⁺, NO₃⁻, PO₄³⁻) y eutrofización, generando condiciones extremas de anoxia/hiperoxia que afectan la vida acuática. Estos resultados aportan información clave para decisiones regulatorias orientadas a conservación y manejo sostenible, alineándose con el Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026.
La evaluación integral del río Napi (calidad fisicoquímica, biológica y microbiológica) aporta datos para ordenar su manejo bajo criterios socioambientales, alineándose con el Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026. La parte alta del río presenta buena salud ecológica, con oxígeno disuelto superior a 4 mg/L, parámetros fisicoquímicos (pH, sólidos suspendidos, turbiedad, DBO5, DQO, mercurio) dentro de rangos normales, y presencia de especies indicadoras (felinos, peces y aves de ambientes no intervenidos), evidenciando un ecosistema conservado. Estos resultados sustentan decisiones para su gestión sostenible, priorizando la protección de la biota acuática y actividades humanas compatibles.
La caracterización fisicoquímica y ecológica de la quebrada Chamón, del departamento del Cauca, constituye un insumo para la toma de decisiones de ordenamiento ambiental, al tiempo que se contribuye con la reducción de vacíos de información, dado que no se registran otras investigaciones para este ecosistema. El proyecto se articula con los objetivos planteados en el PND 2022-2026, específicamente en los catalizadores de la transformación de ordenamiento del territorio alrededor del agua y justicia ambiental, contribuyendo a su vez con los procesos de democratización de la información. El análisis realizado mostró que el Chamón presenta condiciones fisicoquímicas que pueden afectar su funcionamiento ecológico y la preservación de la flora y fauna acuática con alta sensibilidad que requiere de ambientes con niveles bajos y medios de producción de nutrientes. Aunque se registraron valores aceptables de oxígeno disuelto y pH (4.0 mg/L y 6.34 - 6.52 unidades), el sistema presenta concentraciones considerables de nutrientes (Fosfatos: 1.26 – 1.97 mg/l, nitritos: 0.085 – 0.103 mg/l y nitratos: 2.5 mg/l) y sólidos disueltos (99 – 124 mg/l), que son indicativos de la influencia de actividades antrópicas. El índice BMWP/col, arrojó un puntaje de 66 que corresponde a la clase II, perteneciente a aguas ligeramente contaminadas con calificación de calidad aceptable, sugiriendo la necesidad de establecer medidas de manejo y ordenación que mitiguen los impactos y afectaciones asociadas a procesos de intervención.
El análisis fisicoquímico de las microcuencas Chanflana y Chanflanita evidencia contaminación por efluentes domésticos no tratados, con bajo oxígeno disuelto, altos sólidos disueltos/suspendidos y olor/color no aptos para uso humano, lo que representa un riesgo para la fauna/flora acuática y limita su utilidad doméstica. Estos resultados aportan insumos clave para la toma de decisiones regulatorias alineadas con el PND 2022-2026, priorizando acciones de conservación, tratamiento de aguas residuales y manejo sostenible de las fuentes hídricas urbanas.
El monitoreo de las quebradas Tuis Tuis y La Coroba en Tierralta (Córdoba) reveló condiciones estables de calidad del agua, con oxígeno disuelto superior a 4 mg/L, nutrientes y turbiedad dentro de rangos permisibles, e índice BMWP entre 111-117 (calificación BUENA), lo que garantiza su capacidad para ofrecer bienes y servicios ecosistémicos. Sin embargo, las variaciones en parámetros fisicoquímicos asociadas a actividades productivas cercanas evidencian la necesidad de implementar medidas de ordenamiento ambiental que equilibren la conservación de estos ecosistemas críticos del Chocó Biogeográfico con el desarrollo sostenible, contribuyendo así al cumplimiento de las metas de ordenamiento territorial del PND 2022-2026.
El monitoreo fisicoquímico y de algas nocivas en zonas de pesca tradicional permitió diseñar medidas para garantizar la conservación ecosistémica y una pesca segura, al detectar altos niveles de sólidos disueltos y fosfatos asociados a aguas residuales, procesos erosivos e influencia marina. Aunque no se registraron floraciones algales nocivas (FAN) durante el estudio, se identificaron 22 especies (55%) con potencial tóxico bajo condiciones de incremento de nutrientes, lo que exige monitoreo continuo. Los resultados aportan información científica para comunidades y entidades ambientales, articulándose con los catalizadores del PND 2022-2026 (ordenamiento territorial alrededor del agua y justicia ambiental) mediante estrategias como el monitoreo comunitario y la implementación del Acuerdo de Escazú para fortalecer la gobernanza hídrica y pesquera en la región.
El análisis de aguas costeras de Buenaventura bajo influencia de vertimientos de aguas de lastre evidenció condiciones con oxígeno disuelto adecuado (4,0–6,3 mg/L), pero contaminación moderada por sólidos suspendidos y material disuelto (conductividad hasta 262.319 µS/cm y turbiedad de 10–124 NTU), asociados a descargas portuarias y residuos líquidos/sólidos. Estos resultados resaltan la necesidad de monitoreo permanente para reducir cargas contaminantes y alinear acciones con los objetivos del PND 2022-2026 en ordenamiento territorial hídrico y justicia ambiental, garantizando la protección de la biodiversidad y actividades sostenibles en la región.
A partir del análisis de la evaluación fisicoquímica y biológicaen los ríos Mira, Pianulpi y la quebrada Patía, se generó información y conocimiento asociado a los contaminantes específicos, que sirven para la toma de decisiones en materia de manejo y planificación sobre la carga contaminante en fuentes hídricas superficiales que incluyeron DBO5 y SST entre 118. 3 kg/día a 481,1kg/día, nitrógeno entre 28.40 kg/día a 115,46kg/día y coliformes totales entre 4.734*1014 a 1.2846 x 1015 NMP. Con una calificación del ICA entre 35 a 79 e indices BMWP de 7 a 72, reflejando un estado crítico de estas fuentes hidricas, debido prncipalmente a vertimientos directos de actividades industriales como fabricación de aceites, derrame de hidrocarburos y mineria mecanizada.
El río Jolí en el Cauca presentó condiciones aceptables evidenciadas en una alta disponibilidad de oxígeno disuelto (>8mg/l), bajas concentraciones de nutrientes, un rango de calificación del ICA entre Media y Buena (63 -73) y un índice BMWP/col con puntaje de 101 que corresponde a aguas no contaminadas, no obstante registró niveles de coliformes fecales entre 450 y 2400NMP superando el limite establecido en el Decreto 1076 de 2015 para contacto primario, indicando que las aguas residuales domésticas sin tratamiento constituyen el principal factor condicionante de la salud del ecosistema.
La quebrada Giginia en Atrato, Chocó, registró una alta disponibilidad de oxígeno disuelto (4,6 – 7,92 mg/l), pero en contraste se reportaron altas concentraciones de coliformes fecales a lo largo de la cuenca (420 - 4.884NMP) y altos niveles de turbidez y sólidos suspendidos (>100mg/l)en la zona baja, lo que en conjunto se asocia a presencia de aguas residuales y efluentes mineros. A nivel urbano costero, el caño Waffe registró altas concentraciones de nutrientes (NH4+, NO3-, PO43-) que superan las establecidas como referencia para ambientes marinos y/o estuarinos (MED, 1999; ASEAN, 2008), evidenciando condiciones de un sistema eutrófico contaminado que presenta períodos tanto de falta de oxígeno como sobresaturación ocasionando condiciones extremas que limitan la vida que soporta este ambiente.
Los resultados evidencian contaminación severa en cuerpos de agua como el río Muerto, la quebrada Charquita (caño Jaime) y los ríos Arquití y Acandí, con altas cargas diarias de DBO, sólidos suspendidos, nutrientes y coliformes fecales que generan eutrofización, reducción de oxígeno y pérdida de biodiversidad. En el río Muerto, el albergue temporal para migrantes (408.000 personas entre 2023-2024) aportó hasta 20.400 kg/día de DBO y sólidos suspendidos, 4.896 kg/día de nitrógeno y 8,16x10¹⁶ NMP/día de coliformes fecales, reflejándose en ICA regular (67-69) y coliformes críticos (hasta 887.000 NMP) cerca del albergue. La quebrada Charquita recibe 1.651 m³/día de aguas residuales (potencial de 46.818 m³/día por migración), con ICA malo (39-54) y dominancia de algas nocivas por vertimientos sin tratamiento. Los ríos Arquití y Acandí presentan cargas contaminantes significativas (ej. DBO: 352,45 kg/día, coliformes: 1,4098x10¹⁵ NMP), afectando a 7.049 habitantes y mostrando ICA regular (54,11-66,97) y BMWP crítico (6-45), con algas indicadoras de contaminación urbana e industrial. Estos resultados subrayan la urgencia de medidas de mitigación para preservar los ecosistemas hídricos y la salud pública.
John Von Neumann
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